La Iglesia de Santiago pone a disposición tres oraciones comunitarias para ayudarnos a vivir la crisis social desde la fe en Jesucristo y su Evangelio.

En la segunda quincena de Octubre, se hizo visible, con una fuerza y amplitud inesperadas para muchos, un profundo malestar social en nuestro país. Hay un consenso generalizado de que las principales instituciones sociales, políticas y económicas no han tenido como objetivo primario ni como fruto una vida humana digna para todos. Por el contrario, la inequidad, el individualismo, la falta de sensibilidad fraternal -y también la corrupción de algunos- ha concentrado en unos pocos, enormes posibilidades de todo tipo; y ha relegado a los más pobres a una muy dura vida de carencias.

Como católicos, al tratar de buscar algunas claves para la evangelización hoy, parece necesario pensar, antes que nada, en cómo hemos de situarnos ante esta crisis tan global y profunda. ¿Cómo ha de ser y cómo ha de actuar en esta crisis la Iglesia de Jesús, sus instituciones y los hombres y mujeres que la conformamos? ¿Cómo hemos de entender y vivir nuestra misión?

Felizmente, en medio de las movilizaciones sociales, ha emergido una reivindicación potente, central y generalizada: la necesidad de una vida humana y digna para todos, en especial, para los que han estado y están más abandonados. “Los pobres no pueden esperar”. Este anhelo es profundamente coherente con el Evangelio de Jesucristo. Por eso, como cristianos, estamos llamados a potenciarlo, cuidarlo, hacerlo crecer y cooperar para que se lleve a la práctica tanto en nuestras vidas personales como en las relaciones comunitarias. Sin duda, el recorrido para enfrentar y superar la crisis nos va a exigir esfuerzo y ponernos todos, con verdad y humildad, a la escucha del Espíritu de Jesús que nos habla en la oración, en la realidad, en el diálogo de unos con otros.

Descarga los documentos en PDF al final de la página 

Fuente: Comunicaciones Iglesia de Santiago