Con amplia concurrencia se llevó a cabo, el pasado sábado 7 de enero, la ceremonia de certificación del curso Nuevo Directorio para la Catequesis, en el DUOC de Puente Alto. Luego de tres meses de un activo compromiso con el aprendizaje y el seguir profundizando los conocimientos, cerca de ochenta catequistas recibieron su certificado.

Isabel Martínez, encargada de Catequesis Zona del Maipo y quien estuvo a cargo de llevar adelante la gestión del curso, destacó el interés de los catequistas por estudiar cada jornada y la importancia de su formación ya que son ellos los más cercanos a las familias y a los niños. “La Iglesia la mueven los catequistas, entonces si nosotros entregamos un buen servicio a nuestros catequizandos la gente no se va a ir de la Iglesia, por eso el pilar de la Iglesia está en los catequistas. Al catequista hay que formarlo, hay que cuidarlo, hay que regalonearlo y hay que acompañarlo, entonces para mí ver esto es como la guinda de la torta. Lo teníamos planificado de antes y queríamos que ellos se sintieran que son importantes, que se sientan bien, que sientan dignos y que sientan que el llamado que Jesús les hizo en este servicio vale la pena”, agregó.

La ceremonia contó con la presencia del padre Rodrigo Cordero, director del Departamento de Catequesis de la Vicaría Episcopal para la Pastoral, quien también destacó la importancia de la labor catequística en los otros, indicando que: “ustedes como catequistas y yo como apóstol del Señor, estamos llamados a ir a los esencial y lo esencial de nuestro trabajo es propiciar el encuentro de las personas con el Señor. Como decía el Papa Benedicto, uno no empieza a ser cristiano por una idea que le llegó, sino porque se encuentra con una persona, con un evento o un acontecimiento decisivo y eso es lo que transmitimos, el encuentro con una persona que nos cambia la vida porque cristo está vivo…”.

Nuevo Directorio para Catequesis en un contexto de crisis.

La formación de este grupo y la necesidad de ahondar en el nuevo documento se da tras la pandemia, situación que marcó aún más el contexto social, histórico y religioso que enfrentamos. Un escenario de crisis en diversos ámbitos de la humanidad, donde la Iglesia no quedó al margen.

En esta línea, el padre Rodrigo Cordero enfatizó que “el Directorio que ustedes han visto es un Directorio de una Iglesia en crisis, es un directorio distinto a los anteriores porque se preocupa de un mundo en donde la fe no es un dato dado, es un mundo secularizado y que es la realidad que nos corresponde a nosotros, en nuestro país. Por eso a lo que nos invita es que cuando hay un momento de crisis, como hemos vivido con la pandemia, tenemos que volver siempre a lo esencial y dejar lo accesorio para un segundo o tercer momento”. En tanto, el padre Rodrigo Magaña, Vicario de la Zona del Maipo, destacó el rol de los catequistas en esta sociedad, agregando que “les va a tocar otro mundo, aquí hay que catequistas de hace 20 años y el problema es que cambiaron los alumnos, a ustedes les toca ser catequistas en un hoy distinto, entonces además de su intimidad con Jesús en su vida personal, les va a tocar apoyar en la renovación estructural”. 

Sin duda el desafío para los catequistas, hoy, es mayor y se vislumbra una reestructuración. Celmira de la Parra, una de las formadoras de este grupo añade que “hay un tremendo interés por ser muy responsables frente a la vocación que el Señor nos ha regalado y de formarse para actualizarse en aquello que la Iglesia nos va diciendo en relación con lo que significa ser catequistas en tiempos de crisis”. En tanto, Daniel Morales, formador del curso, también recalca que “viene una renovación de la catequesis fuerte de estructura y también de mentalidad, entonces con este entusiasmo para profundizar el Directorio, que es un Directorio presentado en una Iglesia en crisis, son catequistas que tienen una convicción, una claridad del cambio y de que hay que ajustarse”.

Y son estos aires de cambio los que motivaron a este grupo humano para renovar sus conocimientos y actualizarse. Silvana Aravena, catequista hace 18 años y quien rindió el curso, señaló que “la sociedad ha ido cambiando, nosotros como Iglesia debemos abrir la mente para poder entregar este mensaje. Jesús llegó y salió y solo vio a las Personas. Cuando nosotros vemos a la Personas, la miramos a los ojos, entendemos su dolor, comprendemos lo que ellos están necesitando, esta búsqueda de algo y es ahí donde nosotros tenemos que insertarnos”.

Por su parte, Patricia Toro Moya, catequista hace más de 14 años, indicó que “siento el llamado de seguir formándome cada vez más porque uno no termina nunca de educarse y me motivó porque el Directorio viene a la vida que estamos llevando hoy. (…) las personas están complicadas, pierden la fe y uno debería buscar las herramientas para poder seguir y encantar a estas personas. Este tema no es de ahora, pero se marcó mucho más con la pandemia y por eso lo que recibimos con este curso son las herramientas para poder encantar a toda la gente que ha perdido la Fe”.

Finalmente, Ana María Bravo, catequista hace más de 30 años recalcó que “estamos atrasados en ciertas cosas y principalmente, en este tiempo de pandemia, hubo cambios. Y justo cuando llega este libro y llega esta enseñanza nos damos cuenta de que, para poder entender, tiene que haber una modernidad en la catequesis y no esa monotonía en que uno iba tras un libro para hacer catequesis, sino algo más personalizado en el ser y el hacer. Para mí fue un crecimiento muy grande y lo que más me alegra es que todos entraron a mirar Jesús de otra forma y a mirar la catequesis de otra forma.”