Zona Norte tuvo fructífero retiro con sus catequistas





El impacto de Jesucristo y la Eucaristía en la vida del catequista fue parte del encuentro el 14 de julio.

Enfocado en el tema sobre el Congreso Eucarístico, los formadores de las catequesis de familias, bautismo, primera comunión y confirmación vivieron  un   espiritual  en la vicaría de la zona norte, el pasado 14 de julio en las dependencias de la vicaría norte.

La actividad se dio inicio con la Eucaristía, presidida por el nuevo vicario, padre Ignacio Gramsch Labra, quien al final de la misa, a través de una canción dedicada a la grandeza de la hostia, nos habló sobre el amor de Cristo en la comunión.

El Vicario recordaba que “Dios quiere que todos los hombres comulguen, pero algunas personas, por la situación que viven, no pueden, por ello el catequista tiene que ser agudo, no condenar y  su misión es ayudar a que esas personas con el tiempo puedan vivir bien sacramentalmente, porque Dios quiere que todos estemos en su gracia, para entregarse plenamente”.

La Eucaristía vitalidad para el alma

El encuentro continuó con un compartir fraterno entre galletas y cafecitos, para seguir con la catequesis del sacerdote Juan Ignacio  Schramm, párroco del Santuario de la Divina Misericordia, sobre el impacto de Jesucristo y la Eucaristía en la vida del catequista.

El sacerdote Schramm nos explicaba como el profeta Elías, tuvo la gran misión de defender la pureza en Israel y demostrar ante más de 400 profetas falsos la divinidad del Creador, pero cuando Elías entró en una depresión, Dios lo invita a levantarse, comer y caminar al monte Horeb, según relata el primer libro de los Reyes, capítulo 19, versículo 7 y 8,  pasaje que cita para recordarnos la fortaleza y la necesidad del alma por la Eucarística.

Reflexionando sobre los tiempos de incredulidad que se vive en la iglesia, interpreta que los feligreses tienen la tentación de quedarse detenido, y Dios nos invita a levantarse y seguir con la fuerza que brinda el cuerpo y la sangre de Cristo, para continuar en el servicio de la evangelización, apunta el sacerdote.   

Durante el retiro y citando la frase de San Bernardo: “el desconocimiento de nosotros mismos nos lleva a la soberbia y el desconocimiento de Dios nos conduce a la desesperación”, nos expone que cuando tenemos una caída y te encuentras con tu pecado y miseria, si no conoces a Dios te desesperas.

Iglesia para Dios

La iglesia entre sus características es preexistente, para otros y para Dios, y “lo que se ha olvidado en el tema del abuso, es la preexistencia de la iglesia, sin esta claridad de que Dios existe para los hombres y para Dios, la tomamos como institución que hay que defender, y  allí se evidencia la complicidad en el delito; entonces ¿esto es grato a Dios?, esto es ¿para dar una vida de Dios a los hombres?... Siempre habrá pecado, el tema es cómo la comunidad enfrenta aquello que no es conforme al querer de Dios, con complicidad o dando la pelea”.

 

Amor y misericordia

Los sacerdotes nos recuerdan que Dios con su misericordia, ve lo que hay en tu corazón generoso, y nos dice “Yo te amo a ti con tu historia, virtudes y defectos”,  como catequistas nos exhortan a hablar de Dios desde la experiencia de la fe y como testigos desde el corazón.

Los catequistas que participaron quedaron muy contentos con este retiro y animados para seguir su trabajo evangelizador en estos tiempos de renovación de nuestra iglesia.

 

Fotografía y Redacción: María Virginia Matheus Gotera

 






  
  

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