Organizado por el Equipo de Formación CFIVE de la Zona Oriente, el encuentro se enmarcó en un itinerario diseñado para profundizar en la formación y fortalecer la labor evangelizadora de estos agentes pastorales, que son los que lideran la catequesis con niños y niñas en esta zona pastoral.

Durante el encuentro, se abordaron las “montañas” o desafíos que enfrentan los catequistas, utilizando una metodología basada en la catequesis para niños, que incluye cuatro momentos: la experiencia, el anuncio, el compromiso y la misión. El encuentro culminó con la oración y la alabanza. Se dedicó tiempo al trabajo personal y grupal, destacando la importancia de cultivar la fe comunitaria y el compromiso constante. Se enfatizó la necesidad de ser testigos vivenciales de la fe, acompañando a las familias desde sus realidades particulares e inspirando a los niños a través del testimonio, las acciones y los ejemplos.

Como parte de las actividades, cada grupo construyó representaciones de sus “montañas” usando materiales reciclables, simbolizando los desafíos identificados durante las reflexiones grupales. Esta actividad permitió una expresión creativa de los pensamientos y facilitó una comprensión más profunda y tangible de los obstáculos y cómo superarlos.

Óscar Mora, encargado zonal de la Catequesis Familiar de la Zona Oriente, destacó el impacto positivo de estos encuentros en la labor semanal de los catequistas. Las herramientas y conocimientos adquiridos durante la jornada pueden desarrollarse efectivamente en las parroquias, mejorando el servicio pastoral. “Hoy nos enfrentamos a situaciones que calificamos como montañas, dificultades para los catequistas. Sin embargo, a través del trabajo en equipo, la colaboración, la formación y la oración comunitaria y personal, podemos superar estas barreras y seguir creciendo. Esperamos que este encuentro se replique durante todo el año para los catequistas de niños y en el camino de la catequesis formativa a nivel zonal”, explicó.

Ser catequistas 24/7

Constanza Fuenzalida, catequista de primer año de la parroquia Santa Catalina de Siena, participó por primera vez en esta actividad. “A veces pasamos a buscarlos o a dejarlos. Son niños que aprenden rápidamente, son carismáticos y amorosos. Aunque somos catequistas las 24 horas del día, los 7 días de la semana, también enfrentamos problemas familiares. Sin embargo, al llegar allí, dejamos todo atrás. Ellos son nuestra fuente de alegría y motivación para seguir enseñándoles y brindándoles el conocimiento necesario”, subrayó.

Nuevos paisajes después de las montañas

Darío Zurita, de la parroquia Sagrada Familia en Macul, mencionó que el encuentro le sirvió para recordar sus bases y reafirmar su compromiso, motivado por el cariño a los niños y sus padres. “Las montañas no son un obstáculo que detiene nuestro trabajo, sino una motivación aún mayor. Podemos encontrar nuevos paisajes, con cosas bonitas y nuevos niños, y quizás verlos convertirse en futuros agentes pastorales”, indicó.

Una catequesis que enfrenta los desafíos de la realidad familiar

Ignacio Rubio, colaborador en el equipo zonal de catequesis, destacó la importancia de adaptar a los catequistas a los nuevos desafíos contemporáneos. “La catequesis de hoy no es la misma que hace cinco o diez años. La pandemia nos cambió a todos, por lo que es crucial que los catequistas se dejen motivar y enamorar. Creo que los catequistas somos quienes conectan a las familias con Dios, y debemos revelarlo como un Dios amoroso, amigo, y no como un Dios que odia, sino que ama”.