Este domingo, durante su comentario sobre el Evangelio del 4 de agosto, el catequista Cristián Mella de la zona del Maipo, ofreció una profunda reflexión que  nos invita a mirar más allá de sus necesidades personales y a descubrir el verdadero significado del pan que Jesús nos ofrece.

"Los discípulos le dicen a Jesús: 'Señor, danos siempre de ese pan'. ¿Cuál es el pan que necesitamos nosotros pedirle al Señor en este tiempo? Miremos nuestro interior y descubramos qué es lo que necesitamos pedirle al Señor. Porque la respuesta de Él es muy certera y muy clara. 'Yo soy el pan de vida', nos dice Jesús. 'El que viene a mí jamás tendrá hambre, el que cree en mí jamás tendrá sed'", señaló  el catequista, recordando las palabras del Evangelio.

En este mes de agosto, Mella resaltó la figura de San Alberto Hurtado, sugiriendo que el pan que necesitamos del Señor debe transformarse en pan para muchos otros. "Que esa sed sea una sed de generosidad, de solidaridad que tantos hermanos nuestros necesitan. Encontrarnos con el Señor significa darnos a los otros. Que el ser cristianos, que el ser hermanos y discípulos del Señor se transforme en ser solidarios, generosos, en acompañar al hermano que lo necesita", enfatizó.

La reflexión de Mella concluyó con un llamado a que la hambre de Dios que experimentamos se convierta en alimento para otros hermanos, fomentando así una comunidad más unida y comprometida con el bienestar de todos. "Que esa hambre de Dios se transforme también en alimento para otros hermanos", finalizó.

En estos tiempos, la invitación de  este catequista resuena como un recordatorio de que nuestra fe debe manifestarse en actos concretos de amor y servicio, llevando el pan de vida que recibimos a aquellos que más lo necesitan.