Este domingo, el Evangelio nos presenta el cierre del discurso de Jesús sobre el “pan vivo bajado del cielo”, pronunciado en la sinagoga ante sus discípulos y otros oyentes. Sin embargo, según el catequista de la Zona Oeste, Juan Carlos Fuentes, lo que debería ser un mensaje lleno de esperanza trajo consigo dificultades para Jesús, y nos recuerda que a veces, el camino de la fe no es sencillo.

“Después de hablar cosas tan importantes para la vida de nosotros, empezaron a aparecer los cuestionamientos, comenzaron a surgir personas y discípulos que no estaban felices con lo que él decía. Encontraban que era un lenguaje muy duro”, reflexiona Juan Carlos. Esta situación no es exclusiva del tiempo de Jesús; hoy en día, como catequistas y creyentes, también enfrentamos momentos en los que el mensaje de Cristo puede parecer demasiado exigente.

“Sabemos, probablemente por nuestra experiencia pastoral, que no siempre el mensaje que entregamos tiene buena acogida”, menciona el catequista, subrayando que incluso para quienes proclaman la palabra de Dios, la vida puede volverse compleja. A pesar de estos retos, Fuentes enfatiza la necesidad de ser como Pedro, quien en medio de la incertidumbre exclamó: “¿A quién iríamos, Señor, si solo tú tienes palabras de vida eterna?”.

El llamado de este domingo es claro: ser valientes y confiar en Jesús. “Eso requiere valentía, pero, por sobre todo, creer a pie firme que el Señor nos ama, que Dios es amor y que ese amor puede con todas las barreras”, concluye Juan Carlos Fuentes. Así, el catequista nos invita a abrir nuestros corazones y a responder con un “sí” decidido y firme a las palabras de vida que solo Cristo nos ofrece.