Con una riqueza reflexiva culminó el II Encuentro Internacional de Catequesis en Roma




El servicio exige al catequista fidelidad a la vivencia de la fe

Desde el jueves 20 al domingo 23 de septiembre, se ha realizado en Roma el II Encuentro Internacional de Catequesis, bajo el lema: “Catequista, testigo del Misterio”.

El encuentro se desarrolló a partir de la reflexión sobre la segunda parte del Catecismo de la Iglesia Católica, “La celebración del misterio cristiano”, para ofrecer algunos elementos que iluminen la misión catequística de la Iglesia.

En relación a esto, se puede señalar que se planteó la necesidad de formar al catequista como testigo del misterio revelado por Jesús, que como tal comprenda las implicancias que presenta la dimensión mistagógica de la fe, especialmente en la actual sociedad, y pueda así acompañar a quienes, la Iglesia le confía, para que sean iniciados en la fe cristiana. Esto que brota, a partir de la experiencia, exige al catequista fidelidad a la vivencia de la fe, especialmente en la celebración de los sacramentos, desde donde se nutre como educador, vive la caridad, participa de la fracción del pan y vive en comunidad la fe que anuncia. Se indicó que la celebración de todo sacramento debe ser precedida, hoy más que nunca, de un proceso de Evangelización que lleve a la persona a iniciar un camino de conversión que le conduzca al encuentro con el Misterio de Dios revelado en Cristo. Así, la catequesis de hoy, debe proyectarse más allá de una costumbre formativa sólo hacia los sacramentos, ya que su objetivo es mucho más amplio pues quiere llevar al hombre al encuentro personal con Jesús. En esta dinámica la iniciación cristiana, que parte en el anuncio del kerigma, debe ofrecerle procesos desde los cuales pueda mirar su vida, amarla y renovarla a la luz de la vida de Cristo.

Por otra parte, también se señaló que, en la catequesis, el lenguaje adquiere un rol significativo ya que debe hacer comprensible los contenidos de la fe a todos los catequizandos, niños, jóvenes, adultos. Se ha observado que en muchas ocasiones las inquietudes y preguntas que se realizan no encuentran una respuesta comprensible por falta de un lenguaje apropiado. Dígase lo mismo del uso de imágenes.

Se indicó que desde la catequesis catecumenal, la Iglesia evangeliza y se evangeliza, por tal motivo el catecumenado debe responder a las grandes preguntas del hombre de hoy. Una catequesis debe iniciarse desde el aspecto antropológico y confrontarlo con el anuncio del mensaje de salvación para provocar la vida nueva en Cristo si quiere ser una instancia fructífera. Por tal motivo, las reuniones que sostengan los catequistas no pueden centrarse en preparar sólo las actividades y dejar sin profundizar los contenidos de la fe.     

Las exposiciones ofrecidas por los diversos especialistas contienen una gran riqueza reflexiva que, Dios mediante, esperamos poder compartir, apenas tengamos acceso a ellas. Estos son sólo algunos aspectos que se abordaron en esta importante jornada a la que asistieron alrededor de 1.500 personas, entre catequistas (la mayoría) y catequetas, provenientes de países de los cinco continentes y que estuvo presidida por Monseñor Rino Fisichella,  Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización quien también presidió la celebración de la Eucaristía en la Basílica de San Pedro, con la que concluyó el congreso, y en la cual concelebraron el padre Rodrigo Cordero y el padre Jorge Barros, ambos de nuestro departamento de catequesis Arquidiocesano.

Fuente: Celmira de la Parra Aguilera. Coordinadora de Formación en el Departamento de Catequesis del Arzobispado de Santiago.  


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